sábado, 18 de mayo de 2013

@ROMPIENDOELSILENCIO


Un actor se disfraza de mujer para destapar el acoso que sufren las mujeres de El Cairo:



 La descalificación del mujer en el mundo musulman sigue candente, desde la primavera árabe, la mujer está en la calle y el hombre egipcio, ha decidido extender su violencia sobre ella para no perder su dudosa autoridad.Desgraciadamente en el mundo musulman la mujer está permanentemente acosada,encarcelada y privada de sus drechos.En Egipto y desde la rebeliones de la primavera árbae las muejeres consiguieron mas derechos pero eso no significa que el machismo se acabe en este país.Casi todas las muchachas y mujeres ,independientemente de su edad, estatus social o forma de vestir que han caminado por las calles o viajado en el transporte público de El Cairo han sufrido alguna forma de agresión sexual, verbal o física.
Esto no es una novedad. Durante años, en Egipto, los y las activistas en defensa de los derechos de las mujeres y otros colectivos han instado a las autoridades a que reconozcan la gravedad del problema.
Las autoridades egipcias deben introducir reformas legislativas, procesar a los responsables de estas agresiones y abordar las causas fundamentales, porque, hasta ahora, se ha hecho caso omiso de la difícil situación de las mujeres que han sufrido violencia sexual.
Se echa la culpa a las víctimas por vestir “de forma indecente”, o por atreverse a estar presentes en espacios públicos para “hombres”.
Los testimonios espantosos recogidos tras las protestas en conmemoración del segundo aniversario de la “Revolución del 25 de enero” han sacado a la luz la manera en que se han producido las violentas agresiones sexuales cometidas por turbas de hombres, pero rara vez han atraído la atención pública.
La iniciativa Operación contra la Agresión y el Acoso Sexual (OpAntiSH) ha sido creada por una serie de personas y organizaciones en defensa de los derechos humanos de Egipto para combatir el acoso sexual contra las mujeres en las inmediaciones de la plaza de Tahrir. El día 25 de enero de 2013, este grupo recibió noticias de 19 casos de ataques violentos contra mujeres.
Los testimonios de las víctimas y de aquellas personas que trataron de impedir las agresiones evocan una imagen aterradora: víctimas rodeadas por decenas, si no cientos, de hombres que les arrancaban la ropa y los velos, les desabrochaban los pantalones y les manoseaban los pechos, pezones y nalgas.
En algunos casos, estos ataques se ajustan a la definición de violación, como es el caso de la penetración con dedos y objetos puntiagudos. Con frecuencia se producen luchas con cuchillos, barras de metal y palos en medio del caos, donde es difícil distinguir entre las personas que tratan de ayudar y aquellas que participan en la agresión.
Esto es una lacra que tiene que tiene que desaparecer y para ello ha de producirse un cambio fundamental en las actitudes institucionalizadas que discriminan a la mujer.
Ellas tienen el derecho a gritar:
Viva La Vida!!


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